El horizonte de la energía solar se ilumina y vive un momento dulce.
España tiene un 35% más radiación que otros países del sur de Europa, por ende, nuestro país podría ser el foco de la producción fotovoltaica.
Según las estimaciones que maneja Aurea Capital, unos 0,4 billones de euros se invertirían en España en proyectos renovables, el 15% del total del conjunto de la UE en el periodo 2019-2050.
España puede cubrir de forma ambientalmente sostenible -y socialmente inclusiva- su propia demanda y una gran parte del suministro energético renovable de Europa con energía solar y acumuladores. Puede aspirar, sin lugar a dudas, a convertirse en el principal proveedor de energía renovable del territorio europeo, desplazando las importaciones de gas y petróleo.
LA ENERGÍA FOTOVOLTAICA PARA ESTE 2022
Estas son las claves que definirán los próximos meses. Una de ellas es el coste energético, que podría verse reducido con las energías renovables. «Basta observar cómo el coste del megavatio producido actualmente con gas se mueve en una horquilla de precios de entre 150 y 300 euros, mientras que, con un coste de 45 euros/MWh, las renovables permiten cubrir costes y obtener una rentabilidad interesante».
La segunda es la transición energética, es decir, dejar de producir energía eléctrica a través de combustibles fósiles; y cambiar a las energías renovables.
La consolidación de la inversión en la vertiente fotovoltaica, gracias a las buenas condiciones de irradiación y al reducido coste del MW que presente esta fuente de energía, así como que aumenten las inversiones en energía solar y eólica, que permitirán reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
El impacto de estas inversiones va a ser muy significativo y el 2022 será solo el comienzo.
HIBRIDACIÓN DE ENERGÍAS RENOVABLES
Esto supone, por ejemplo, las energías eólica y fotovoltaica trabajen bajo un mismo proyecto y se mantenga una mayor estabilidad en la generación eléctrica.
El desarrollo de la hibridación y nuevas fórmulas de almacenamiento energético serán dos de las grandes tendencias del sector en los próximos años.
En resumen, este 2002 será el punto de partida para potenciar el cambio energético y sostenible, a través de la energía fotovoltaica y otras energías renovables, y España es el país privilegiado para realizar este gran cambio.